VII La esfera
De las anotaciones de Arien de Gaersûl
Mientras recupero fuerzas para esta
prueba, voy a cerciorarme de que mi padre y mi hermano están bien. Los sueños
producidos por la Taza de Plata me
dejan exhausto, pero sé que entre las cosas que tiene mi madre en el
laboratorio existe una que puede ayudarme.
La he encontrado esta tarde y pienso
probarla en cuanto averigüe como funciona. La Esfera es relativamente fácil de usar. He hecho algunas pruebas y
puedo ver lo que hacen los miembros de mi familia de manera similar a la Taza de Plata.
¡Por todos los Valar! ¿Qué ha pasado?
¡Están todos muertos!. Ese insensato de Ori ha matado a mi hermano y a mi padre
con su idea de destruir la piedra del lago. Más tarde compruebo, a pesar de la
oscuridad, que no es cierto. Danhir, Dim, mi padre y Jyganoth hablan y Klimt
acude en su ayuda. Los demás no se mueven ni respiran. Shelem esta tendido en la fría caverna con el rostro gris, cerúleo,
muerto. Es una imagen tan horrible como la de mi otro hermano fallecido quemándose en
aquella pira.
Pasan varias cosas. Danhir habla con alguien en la entrada
de la cueva, solo la veo de espaldas y en un instante desaparece. A
continuación la Esfera me muestra a Klimt realizando una especie de ritual
con una de sus extrañas Piedras Rúnicas.
Pero es extraño, también veo a Trya
observando estas escenas, aunque creo que uno de los cadáveres que reposan en
la caverna es.. ¡ ELLA misma!.
Cabe la posibilidad de que lo que me
está mostrando la Esfera no sea
cierto. No mucho tiempo después de las primeras imágenes les veo en marcha,
solo echando de menos a Thervas. Me
centro más en los detalles y observo que casi todos están heridos y sus rostros
marchitos, sobre todo los de mi hermano y Ori.
No sé qué pensar.
Continúan el viaje, sin mal tiempo,
pero siempre con nieve alrededor. Unos días más tarde algo rompe el paisaje
nevado. Son unas montañas en la lejanía, unas montañas que tienen que cruzar
para llegar a los fiordos del país de Dyr.
Klimt parece comentar algo sobre una
persona que conoce en esas montañas y de algo más que no logro comprender...
pero siento.
Comienzan el ascenso por pasos
montañosos y estrechos pero lo suficiente para los trineos. Los perros se
portan de manera excepcional. Ahora entiendo la extraña empatía de Elostyr con estos animales, empatía que
compartía con su padre Taran. Veo
algo extraño. No, más bien lo oigo. Alguien me incita a no seguir, incluso
enturbia el cristal de la Esfera.
Aplico un poco mas de “interés” por
superar este peculiar bache y ahora les veo en una...¿¡posada!?.
Empiezo a pensar que ciertamente alguna de las imágenes que me muestra la Esfera son ilusiones o bien provocadas por mi mismo o bien por alguien.
En fin, tomaré la imágenes como ciertas a falta de otro material. Una mujer que no pertenece racialmente al pueblo que mora en esa zona, intenta seducir a Klimt y un minuto después esa misma mujer, está hablando de historia de Arthedain. Es absurdo. Voy a descansar, mas tarde reflexionaré sobre lo que he visto últimamente.
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