A continuación voy a publicar una serie de modestas ayudas para módulos de rol en la Tierra Media. En este caso son fragmentos de campañas realizada en la década de los 2000. Seguramente la mayoría de los lectores no encontrarán sentido a estos fragmentos, pero han de darse cuenta de que son parte de una historia que se narra y se interpreta, no de una narración en sí misma.

Espero puedan serle de utilidad a alguien.


miércoles, 2 de octubre de 2013

Tercera Parte de las Crónicas Arien de Gaersûl
VI. Regreso
De las anotaciones de Arien de Gaersûl    

Ah! Hace cinco días visité Minas Tirith, en comparación con los pobladores de esta magnífica ciudad yo parecía un salvaje extranjero, pero no me importó demasiado. Me sentí como aquel que guarda un secreto especial y la gente le mira intentando descubrir que puede ser. De cualquier manera me bastaron dos horas para volver a vestir como ellos. En fin, uno no puede negar lo que es. Las cosas por la región van bien, al menos no hay que lamentar incidentes graves.
 
Mi padre siempre que volvía de alguno de sus viajes por el extranjero, contaba, que los Corsarios habían aprovechado su ausencia para causar algún altercado en sus tierras, secuestrar a alguna mujer o matar a algún pobre desdichado, actos que mi madre aprovechaba para subir algún impuesto.
Por supuesto todo esto es una exageración.
 
BalimurYa estamos en las verdes marismas de Loeg Balimur, a pesar de que la primavera todavía está lejos, aquí debido a la influencia del mar, existe un microclima húmedo que hace prosperar tanto a las especies vegetales como a las animales. Los cisnes y las aves zancudas campan a sus anchas durante todo el invierno, surtiendo sus buches con el rico pescado fresco que retienen las marismas. En los tejados de alguna de las casas más altas de los ribereños pueden verse nidos de cigüeñas y cerca de la costa, acompañando a los pescadores, a los cormoranes y gaviotas.

Unos días después, llegamos a la capital, Gaersûl, y apenas me reconocen. Esa noche la paso en casa del alcalde. Me divierte el temor que despierto en él y hago algunos comentarios mordaces sobre mi pasada gestión para ponerle nervioso (es el humor Dunlendino heredado de mi madre). Cuando me recojo en mis aposentos veo con sorpresa que la guardia está alerta. No velan por mi protección: me vigilan.

El día siguiente es un poco tormentoso, de cualquier manera me pongo en marcha. No estoy cómodo en Gaersûl. A medio día de la segunda jornada de viaje veo los muros de Baligobach y un desagradable nudo en el estomago hace que no me sea muy grato esa primera visión de mi hogar. Me ahorraré la descripción de la bienvenida que me hicieron Amthor, mi hermana y el patán de Istamir. Durante la cena les puse al corriente de lo que sabía hasta que me separé del grupo. Por supuesto omití la parte de los sueños.


Ahora quedaba la parte más difícil del regreso. El enfrentamiento con... Él

No hay comentarios:

Publicar un comentario