V. El interminable océano blanco
De las anotaciones de Arien de Gaersûl
Dos días más tarde encuentran a los
Lossoth que en un principio desconfían del grupo, pero Klimt hace valer su influencia en esas tierras, y pronto llegan a
un acuerdo con los hombres de la tundra helada. A cambio de algunas cosas el
grupo consigue tres trineos, el tiro de los mismos (unos 60 perros), pieles y
comida para los canes. Cuando amanece “El
señor de los Perro” adiestra a sus compañeros en al arte del manejo de
trineos, en el cual algunos hacen valer su habilidad para con los animales
simplificando así la conducción de los vehículos.
El tránsito por el llano se agiliza y
poco a poco el grupo gana terreno. Observo casi divertido a mis viejos
camaradas hacer verdaderos esfuerzos para controlar los tiros e incluso a
alguno quejarse de no ser una forma demasiado digna de viajar (Jyganoth viene de un mundo en donde el
medio de desplazamiento por antonomasia es el caballo y al perro no se le tiene
más consideración que a un esclavo). Parece ser que se aproxima otra borrasca.
Otra vez pasaran frío.
Algo grave ocurre días más tarde. Veo
como cuatro figuras enormes avanzan hacia el primero de los trineos. Los perros
se niegan a avanzar. Enseguida las figuras aumentan su velocidad abalanzándose
sobre la vanguardia del grupo, pero su carga es inútil. Un sonido poderoso,
claro y puro sale de la garganta de Trya
y las figuras no alcanzan su objetivo y caen a plomo.
Después la tierra se abre tras el
trineo de vanguardia, y el segundo empieza a hundirse en la nieve. Otras dos
criaturas salen de entre el hielo y atacan a los tripulantes del vehículo,
estos se salvan a duras penas, pero los dos Draconegro
no lo consiguen y son atacados por los seres.
Fuera del agujero Jyganoth y Shelem se enfrentan a otro par de criaturas que salen de entre el
hielo, Ori Kadhûm es atacado por otra y Danhir
que ha conseguido no hundirse con el trineo
es emboscada y golpeada salvajemente por la última de las criaturas. Thervas parece destacar en la lucha
contra este tipo de seres (que más tarde identificará como trolls de las
nieves). El combate es breve pero hay tres bajas. Veo a los Draconegro contusionados y a Danhir tirada en un charco de sangre que
poco a poco se congela. Trya, malherida,
intenta restaurar el daño con su magia pero... ¿Qué pasa?, ¿Qué le ocurre a Danhir?. Ésta expele un terrorífico
bramido que pone los vellos de punta a hombres y animales, se revuelca, araña y
tiene que ser reducida por mi padre y Shelem
que andan cerca. ¡¡He visto sus ojos y eran como los del sueño de Trya!!.
Al final Danhir cae en estado de shock y puede ser tratada. Al despertar al
día siguiente apenas recuerda nada.
La borrasca continúa y el terreno se
vuelve más agreste, recordando las formaciones colinosas cubiertas de nieve a
los túmulos de las Quebradas del
norte de la antigua Cardolan. A
atardecer del día después del ataque de los trolls observan algo en la lejanía.
Un brillo lejano entre las congelabas rocas extraña al grupo y Klimt, arto de sorpresas, recomienda una
exploración y si fuese necesario eliminación de cualquier amenaza. Se inicia el
acercamiento y pronto llegan a la fuente de sus dudas, ante ellos la entrada de
una maravillosa cueva plagada de formaciones cristalinas naturales e iridiscentes,
debido a alguna fuente de luz procedente del interior de la cueva.
Empiezan el descenso a la cueva y
poco a poco van acercándose a una extraña luz. Se trata de un raro cristal del
tamaño de la cabeza de un troll que brilla con una luz azulada y despide cierto
calor. Es extraño incluso desde este estado onírico puedo notar su poder, la esencia
contenida en él, pero también puedo notar a las criaturas que andan cerca y que
acechan al grupo. Su presencia me recuerda a Ragnarog...
El cristal está situado en un pequeña
isleta en el centro de una sala al final del túnel. De esta sala parten otros
tres pasadizo de un tamaño considerable. Ori
empieza a realzar las primeras investigaciones sobre el objeto, pero los
resultados no son demasiado satisfactorios por la cara que pone. Es curioso lo
expresivo que puede resultar el viejo enano cuando está contrariado. El examen
de la sala tampoco aporta nada aunque una de las conclusiones de Ori demuestra un foco maligno en una de
las paredes. Deciden ir en busca de resto del grupo, esto les da mala espina.
Poco después la compañía llega y
juntos descienden por el túnel llegando poco
después a la sala, donde por otra parte, no se ha producido ningún cambio.
Entre todos comienzan una investigación minuciosa del terreno y en cuanto Trya empieza a usar su poder las cosas
se empiezan a poner mal. Hay varios focos malignos y Danhir parece haber visto algo. En un momento la caverna hierve de
actividad, las pareces se tornan criaturas de tres cabezas parecidas a dragones
con la piel de un camaleón de camuflaje perfecto. Comienzan las hostilidades. Son
muchas y Ori toma un sorbo de lo que
nos ayudó a acabar con el dragón: una peculiar poción que nos proporcionó una
fuerza de ánimo fuera de lo común. En seguida veo caer a Dim, no parece grave pero le ha dejado fuera de combate. Mas
golpes, el siguiente es Jyganoth.
Deja de moverse.
Para mi alivio poco a poco las criaturas
van cayendo hasta que la última de ellas expira en el rocoso suelo de la
caverna central. Vienen mas y Ori
tiene una idea. Pero es una locura ¡quiere destruir la roca que se encuentra en
medio de la laguna!. Creo que ni siquiera él mismo quiere pensar en las
consecuencias que esto puede acarrear. Los seres vienen en mayor número y el
grupo, excepto Ori, trepa ya por el
túnel hacia el exterior cargando con los heridos. El viejo enano está
concentrado, no ve como las criaturas están a punto de abalanzarse sobre él. Un
poderoso destello surge de las palmas de sus manos, un proyectil de color
anaranjado impacta con un ruido sordo contra el cristal. Un instante de silencio.
Un poderoso resplandor...
Creo que he estado inconsciente
durante un buen rato. Me encuentro fatal. No sé si debiera seguir teniendo
estos sueños Voy a descansar unos días, no sé si quiero ver el resultado de la
falta de previsión de Ori. No queda
mucho para llegar a casa, y será allí donde prosiga con esto.
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