I. Días en Baligobach
El
amor de mi hermana Shirka da como
fruto a un pequeño bastardo que nace en el invierno del año 2528 de la Tercera
Edad, mientras que la práctica totalidad de “mi
querida familia” se encuentra en algún lugar de Eriador. Creo con sinceridad que debería vender el título de Legado, ya que pronto la gente empezará
a preguntarse si en Baligobach queda
alguien al que las ratas o los fantasmas puedan llamar Señor.
Mi
hermana se encargará de que eso no suceda, siempre que no falten los mozos de
pocas luces con los que amancebarse. Si esto continúa el castillo pronto será
una ruidosa guardería llena de críos, que dentro de unos años lucharán entre
ellos para conseguir el título de mi padre. Aun así no fue agradable oír los
gritos de Shirka mientras el bastardo
llegaba al mundo. Parece ser que ha sido un parto muy duro que ha acabado con
gran parte de las fuerzas de la madre.
Han
pasado unos días, y mi mano tiembla todavía al recordar lo sucedido. El Maestro me advirtió que esto pasaría. La
oscuridad se ha cernido una vez más sobre Gaersûl.
Rápidamente
y sin que nadie pudiese evitarlo el desastre llegó hasta nosotros. Uno de los Servidores, aquel al que llaman Imwethil “El mentiroso”, intentó acabar con nuestras vidas pero no
consiguió hacer todo el daño que pretendía. En esta lid intervinieron mi tutor
Amthor, Istamir (hijo del fallecido Emostar y capitán de la guardia de
Baligobach) y yo mismo, pero ni siquiera los tres unidos conseguimos mantener a
ralla al Maldito. La contienda se
desarrolló en la habitación de Shirka
donde el pequeño recién nacido reposaba. Su madre quiso defenderlo pero está
demasiado débil. Nos doblega, coge al niño con una mueca que podría definirse
como una perversión de sonrisa, esta vez no nos matará. Ha encontrado una
diversión mayor. Durante su huida, pasa algo. No puedo decir con exactitud lo que
ocurrió pues aun no lo entiendo, así que explicaré lo que vi.
El raptor se
detuvo ante la puerta de la habitación que daba a uno de los corredores
principales del castillo. El portón estaba abierto, pero él frenó en seco su
huida, como si un negro foso se abriese un poco más adelante. ¿Qué había en el
pasillo?.
Enseguida
pasa algo que no veo bien, ¿un leve forcejeo?, a continuación un gruñido de
frustración, luego continúa la carrera y el no-muerto, desaparece por la galería. Istamir sale en su
persecución en la tormentosa noche.
Está desesperado, su hijo ha desaparecido.
El
intento de proteger a la criatura por parte de Shirka fue del todo funesto, ya que, durante el forcejeo recibió
una herida fatal que la dejará postrada en la cama durante mucho tiempo.
Esto
no volverá a pasar. Me he encargado de todo y el Maestro apoya mi decisión. Ahora la tropa de la ciudadela me
obedecen y montan guardia día y noche, patrullando incluso los caminos y
pueblos aledaños.
Además
he descubierto que la gestión de mi familia es débil, se pueden obtener mas
beneficios e invertirlos.
Ahora estoy yo al mando, y las cosas van a cambiar.
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